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Adicciones y habilidades para la vida

Actualizado: 12 sept 2021

Marihuana, cocaína, alcohol, redes sociales o celular son las adicciones que están suponiendo una pandemia nivel mundial.


La sociedad en la que vivimos se caracteriza por una búsqueda incesante y rápida del placer por el placer y esto está llevando a nuestros hijos a tratar de llevar a cabo conductas que les permita sentirse bien de manera rápida y con el mínimo esfuerzo. Pareciera que en estos días que vivimos el sufrimiento y las adversidades no están bien vistas y además no tenemos capacidad de enfrentarlas porque hemos perdido el músculo de la tolerancia al sufrimiento y la frustración. A mí en lo particular me preocupa muchísimo cuando veo en consulta a jóvenes y adolescentes que orientan sus vidas dirigidas única y exclusivamente a la obtención del placer y la satisfacción, de sentirse gratificados y hacer cosas que les hagan sentir bien y divertirse a toda costa. Por supuesto que el entretenimiento es fundamental para tener un equilibrio en la vida y ser funcional y tener cierta felicidad, pero no es la única meta que debemos tener las personas.


La personalidad adictiva es aquella que posee ciertos rasgos que nos hacen vulnerables a las adicciones a conductas o sustancias y que dependiendo que como sean estos rasgos, nos llevarán a una adicción o a otra.


La clave de la prevención es la psicoeducación y el autocontrol de nuestros comportamientos, instintos y vulnerabilidades. La OMS nos propone el modelo de Entrenamiento en Habilidades para la Vida como un repertorio de competencias y conductas que nos puede vacunar contra la grave epidemia de las adicciones en el siglo XXI.

El entrenamiento en Life Skills es un tipo de intervención psicológica desarrollado a finales de los años 70 y primeros de los 80 por el Dr. Botvin especialista en Salud pública y profesor de la Universidad de Cornell en Nueva York. Este prestigioso investigador en el campo de la epidemiologia y salud publicar desarrollo un tipo de intervención psicosocial con el objetivo de que fuese un programa preventivo costo - eficiente para poder hacer prevención grupal en los barrios más desfavorecidos y afectados por la drogadicción en la ciudad de Nueva York. El programa inicial pretendía lograr los objetivos de ser grupal, fácilmente replicable, psicoeducativo y por supuesto eficiente. Se basaba en los modelos teóricos de salud mental de la Competencia social del Liberman extensamente aplicados con éxito al campo de la terapia de pareja. Tras décadas de aplicación del Life Skills Training, éste se convirtió en un Programa de prevención para el alcohol y el tabaco altamente efectivo y con el paso de los años, también para otras conductas problema como el consumo de cannabis, cocaína y conductas disfuncionales como el bullying.


El EHV abarca la enseñanza y entrenamiento de 10 habilidades psicosociales básicas que van desde la resolución de problemas a la gestión del estrés, pasando por el manejo de las emociones y la comunicación asertiva. Es un modelo de prevención que se ha utilizado en medio mundo y en la Ciudad de México lo pudimos adaptar y aplicar a población universitaria de 2007 a 2010 en un estudio controlado con una población de 1,500 jóvenes. Dicho proyecto se bautizó con el nombre de Odisea en alusión a las habilidades psicológicas que el personaje Ulises desplegaba en su viaje de regreso a su hogar, Itaca (La Odisea es una obra de literatura mitológica clásica y nos sirvió como metáfora para dicho proyecto).


Los resultados que obtuvimos en cuanto a la reducción del consumo de alcohol a niveles moderados fueron medidos con el cuestionario AUDIT de la OMS en un diseño de investigación experimental Pre test Post test. La tasa de éxito que logramos fue del 68 %, lo que nos permitió validar su eficacia en población universitaria, urbana y latina.

En conclusión y para cerrar este post me gustaría hacer hincapié en que hoy en día contamos con programas de prevención de las conductas adictivas, basados en la evidencia científica y ese debe ser el camino a seguir.


Consejos para que los papás prevengan el consumo de drogas en sus hijos:

1. Fomentar una buena comunicación abierta y sin tabúes con sus hijos.

2. Enseñarles a pensar de manera objetiva y racional sobre las consecuencias de las drogas o cualquier conducta disfuncional

3. Ser cercanos afectivamente y fomentar la identificación y expresión de las emociones.

4.Trabajar constantemente la asertividad o habilidad de decir que NO

Psic. Joaquín Marbán

Universidad Panamericana

Jefe de salud y bienestar universitario


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