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Las 4 etapas en la recuperación de la depresión

Actualizado: 12 sept 2021

A lo largo de 17 años de experiencia terapéutica y de mi carrera como profesor de psicopatología, he podido constatar una variable constante en los pacientes con depresión (incluso la he visto en mí en mis momentos más obscuros); su vida está parcialmente o completamente sumergida en un caos emocional, físico, social y espiritual.


Muchos de estos pacientes han intentado distintas alternativas; medicamentos, psicoterapia, ejercicio, medicinas alternativas, vida espiritual, etc. En no pocos casos los resultados han sido limitados, incluso inexistentes, llevando a los pacientes a un cuadro depresivo crónico. ¿Por qué pasa esto? ¿por qué hay personas que tienen tan pocos resultados al tratar su depresión? La respuesta no es fácil, aún hoy en día no hay consenso de la etiología (el origen) de la depresión, ni de la mejor forma de tratarle, por eso a continuación ofrezco cuatro etapas en al proceso de recuperación de la depresión que llevo con mis pacientes y que diversas investigaciones y la experiencia clínica han mostrado que se aumenta la probabilidad de éxito al tratar cuadros depresivos, especialmente cuadros crónicos.

Etapa 1: Activación y cambio conductual

En esta etapa hay 3 grupos de conductas que se tienen que abordar y modificar, la primera es el ciclo sueño vigilia. Los pacientes deprimidos suelen tener trastornos del sueño, o duermen poco (insomnio) o duermen mucho (hipersomnia). Hay quienes tienen una alteración del ciclo circadiano por lo que duermen de día y se activan de noche. Esto es muy importante, y es el primer paso a atender, pues el sueño apropiado (8 hrs seguidas de noche) permiten los proceso de recuperación y regeneración neuronal necesario para un adecuado funcionamiento de los neurotransmisores, sin ello, la forma en que se expresa la dopamina y la serotonina se verá afecta significativamente. Hay quienes piensan que solo con medicamentos pueden resolver las alteraciones del sueño, esto no es así y hay que ser cautos con dichos medicamentos, pues deberían ser vistos como una estrategia transitoria y nuca de largo plazo. Las personas se podrían beneficiar del concepto de “higiene de sueño” una serie de estrategias conductuales que permitirán recuperar un patrón apropiado de 8 horas diarias durante la noche.


Para saber más de la importancia del sueño y estrategias para mejorarlo ver los siguientes vídeos: https://youtu.be/Y-8b99rGpkM y https://youtu.be/ZKNQ6gsW45M o comprar el libro: Why we sleep? https://amzn.to/2XZeh6X


La segunda conducta es la alimentación. Investigaciones recientes hablan de la correlación entre la depresión y la alimentación. Aquellos que llevan una dieta rica en carbohidratos, alimentos fritos y pre-elaborados podrían estar afectando la producción y expresión de la dopamina, serotonina y noradrenalina, substancias esenciales para experimentar bienestar y disminuir la expresión de la depresión. Las investigaciones en cuestión, señalan que estas substancias o neurotransmisores tienen su origen en el sistema digestivo, en el intestino donde se encuentra la flora intestinal, los alimentos que se mencionaron alimentan a la bacterias “negativas” y debilitan a las bacterias “positivas” lo que podría afectar la producción de los neurotransmisores y aumentar los proceso inflamatorios en el cuerpo, lo cual también se ha asociado a la incidencia de depresión. En cambio, una dieta rica en verduras, frutas y proteínas blancas se asocia a un mejor estado de la flora intestinal, menor inflamación y menor posibilidad de desarrollar depresión.


Quien quiera saber más sobre el tema, le recomiendo el siguiente enlace: https://ab.co/2Z8rwyC


La tercera conducta es la actividad física. Mente sana en cuerpo sano, no es solo una frase que suena bien, es una realidad indiscutible. No existe la separación de la mente y el cuerpo, al menos no la podemos experimentar mientras estamos vivos. Son un binomio que necesitan estar en sintonía y cuidar de ambos aspectos, pues uno afecta al otro. La dopamina, la serotonina y la noradrenalina pueden se producidas de forma natural a través del ejercicio físico aeróbico y anaeróbico y a diferencia de los antidepresivos no conllevan efectos secundarios negativos, solo positivos. Incluso ahora contamos con tratamientos psicológicos basados exclusivamente en la activación conductual generando los mismos o incluso mejores resultados que el tratamiento farmacológico y la psicoterapia. Los pacientes depresivos suelen quejarse de estar muy cansados, de no tener energía para levantarse y hacer ejercicio. Lo que ellos no entienden es que el cansancio es auto-reforzado, mientras más tiempo se pasa en la cama y mientras más pasiva sea su vida más cansancio experimentarán. Pero lo opuesto también es cierto, mientras más se activen más energía experimentarán. Para saber más de esto haz click aquí: https://bit.ly/2vUhtmf


Sueño, alimentación y ejercicio constituyen la primera y más básica de las 4 etapas de la recuperación de la depresión, sin ella las demás etapas se verán gravemente comprometidas.


Etapa 2: la relación entre pensamientos, emociones y conducta

Las personas depresivas padecen de algo que el Dr. Aaron Beck llamó “triada cognitiva” que está constituida por pensamientos distorsionados de sí mismo, los demás y el mundo. Pensamientos tipo “no soy lo suficientemente capaz o competente” “a la gente no le importa lo que me pasa o no pueden comprenderme” y “el mundo es un lugar terrible para vivir, no tengo esperanza” estos pensamientos típicos en las personas depresivas provocan emociones de desesperanza, tristeza profunda, melancolía y frustración, dichas emociones a su vez provocan un desinterés que redunda en un abandono conductual, los pacientes suelen pasar horas y horas en sus camas, encerrados en sus habitaciones y dejando de lado una vida productiva, social, laboral y deportiva. Todo empieza con la triada cognitiva, que después provoca las emociones y redunda en las conductas, pero las emociones y las conductas terminan reforzando la triada. Cognición, emoción y conducta se convierte en un circuito de retroalimentación de la depresión. Por eso el paciente depresivo necesita aprender a combatir sus pensamientos, identificar sus sesgos cognitivos, analizar la evidencia a favor y en contra de sus creencias, probar la racionalidad e irracionalidad de sus sentencias y entablar un diálogo socrático interno que le lleve a un pensamiento más racional, objetivo y constructivo. Sin ello sus emociones seguirán siendo negativas y sus conductas se mantendrán como estrategias de afrontamiento patológicas que no les permiten salir del circuito de retroalimentación negativo que es la depresión.


Para saber más sobre cómo abordar los pensamientos negativos y derrotistas de la depresión y cambiar el circuito pensamiento, emoción y conducta le recomiendo el libro “El control de tu estado de ánimo” aquí el link: https://amzn.to/2y5kWgq


Etapa 3: resolviendo las heridas y necesidades emocionales del pasado

Una vez que se ha trabajado en la etapa 1 y 2 y se ha puesto orden al estilo de vida y a las creencias del pacientes, se continua entonces trabajar con estructuras emocionales y heridas generadas en el pasado. Algunas de ellas incluso pueden ser de los primeros años de vida. El Dr. John Bowlby atinadamente mencionó que los 2 primeros años de vida son fundamentales para el sano desarrollo psicológico de una persona. Una mamá atenta a las necesidades físicas y emocionales de su hijo en una relación de límites, amor y atención es ejemplo de lo que él llamó monotropía, la cualidad deseable en toda madre. En cambio una madre ausente, indiferente o distante de las necesidades de su hijo es ejemplo de lo que él llamó “privación materna” ambas experiencias tendrán un impacto positivo la primera y negativo la segunda en lo que se conoce como modelos internos de trabajo, es decir la forma en que se estructura nuestra mente y dicha afectación nos acompañará a lo largo de la vida impactando nuestras relaciones sociales y amorosas, así como nuestra visión de nosotros mismos.

Seamos sinceros no hay papás, ni vidas perfectas, todos cargamos con carencias, heridas y necesidades emocionales no cubiertas en el pasado, que impactan nuestra vida presente, y esto es especialmente cierto en personas con trastornos depresivos crónicos. Por eso es de vital importancia identificarlas y trabajar en ellas para que no generen un daño mayor. Para tal efecto recomiendo ampliamente el libro “Re-inventa tu vida” del Dr. Young, aquí el enlace: https://amzn.to/2Ob7Qcw


Etapa 4: la visión trascendental y transformadora del sufrimiento

Una queja constante del paciente depresivo es: “por qué a mí” “por qué he de sentirme tan mal” “por qué sólo a mí me pasan estas cosas”. Esta visión es comprensible, pues el dolor que siente un depresivo es real, tan real que es la única enfermedad donde el deseo de acabar con la propia vida es parte de los síntomas para su diagnóstico. Sin embargo, los pacientes depresivos que ven su dolor de esa forma cometen un error, el error de querer evadir el sufrimiento, el error de querer llevar una vida sin dolor, sin sufrimiento, una vida placentera. En el fondo es un deseo hedonista que nada tiene de malo (de alguna forma todos lo deseamos) pero que es irreal. El Buda al salir de su meditación profunda dio su primer enseñanza llamada las 4 nobles verdades, la primera de ellas es “la vida es sufrimiento”. Jesucristo, siendo Dios y hombre, aceptó y deseó una muerte de cruz (la peor de las muertes posibles) como el camino de reparación de los pecados, pero también como el camino para la transformación de su cuerpo humano en un cuerpo glorioso. ¿Qué nos quieren decir estas enseñanzas?, nos quieren decir algo muy sencillo, pero muy difícil de aceptar; “no hay escapatoria para el sufrimiento” y es que tarde o temprano todos enfermaremos, veremos a nuestros seres queridos irse, moriremos o experimentaremos situaciones potencialmente traumáticas.


Todos, sin excepción, estamos llamados a sufrir, pero no todos están capacitados para trascender el sufrimiento o para usarlo como una plataforma de transformación, algo que en psicología llamamos “crecimiento postraumático”. ¿Cómo podemos hacer tal cosa? ¿cómo puede el paciente depresivo hacer tal cosa? La respuesta está en el ejemplo de Jesús. El evangelio dice que una noche antes, en el huerto del Getsemaní hincado y temblando sintió una gran angustia y sudó sangre (un fenómeno real llamado Hematidrosis y que algunas personas experimentan bajo altos niveles de estrés por la ruptura de los vasos sanguíneos donde gotas de sangre salen por los poros), es una descripción del sufrimiento que él estaba experimentando ¿y por qué lo experimentaba? Porque se resistía “haz que pase este cáliz de mí” ¿quién no se resistiría a la peor de las muertes? ¿quién no se resiste al dolor que se experimenta en la depresión?... sin embargo, mientras más nos resistimos más sufrimos. De nuevo la vida es sufrimiento y tenemos que aceptarlo y lidiar con ello, es esa la solución que el mismo Jesús nos ofrece cuando dice “pero que no se haga mi voluntad, sino la tuya”, es ese el momento clave de la aceptación del sufrimiento, es ese el momento clave donde él deja lo que quiere y acepta lo que tiene, es ese el momento clave donde abraza con amor su secuestro, tortura, humillación y su cruz y él mismo la sube al monte como diciendo “yo mismo me entrego a este sufrimiento para que ustedes me claven al madero y yo pueda bajar a los infiernos y transformarme en un cuerpo glorioso”. Jesús nos pone el ejemplo, acepta tu dolor, comprométete con el y transfórmalo en algo mejor para ti. Hoy en psicología incluso tenemos una terapia basada en ese principio (aunque sus autores no lo reconozcan así) se llama terapia de Aceptación y Compromiso. Una aceptación con el sufrimiento y una visión trascendente, espiritual y transformadora es la cuarta y última etapa en la superación de la depresión. Quien quiera saber más sobre el tema puede hacer click aquí: https://bit.ly/2bftOoV


Conclusión

Las 4 etapas presentadas aquí ofrecen una oportunidad para superar la depresión basada en evidencia y experiencia clínica. Sin embargo, solo cuando se viven las 4 etapas en su conjunto, como parte de un proceso, se aumentan las probabilidades de su eficacia. En el manejo y superación de la depresión no hay garantías, pero si posibilidades y estas se aumentan cuando se viven integradas y no aisladas. Por eso es importante que el paciente depresivo acuda con un profesionista de la salud mental dispuesto a seguir estas etapas del proceso de recuperación de la depresión, por eso es importante que el paciente sepa que no son esfuerzos aislados, desarticulados, los que lo llevaran a experimentar la mejoría. Es la integración de estas 4 etapas y el compromiso para hacer los cambios que cada una demanda lo que le permitirá experimentar no solo la mejoría, sino incluso encontrar el sentido y propósito de tanto sufrimiento experimentado en la depresión. Espero que los pacientes y sus terapeutas tengan la valentía de intentarlo, pues fácil no será, pero tampoco será imposible si se lo proponen.


Les mando un afectuoso saludo y los invito a adquirir en los siguientes links el libro y el seminario en línea bajo demanda de La Transformación del Adolescente: Guía para padres y profesionales donde aprenderán más de este y otros temas.


Dr. Mario Guzmán Sescosse

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