El tan esperado regreso a clases. Todos se preparan para nuevamente despertar temprano, tener un horario que se perdió en los días de vacaciones, preparar los refrigerios para la hora del recreo, los útiles, las mochilas, los uniformes, las reinscripciones, las colegiaturas… y más mucho, más.
A ti mamá, papá, abuelos les invito a reflexionar: ¿será este otro regreso a clases como cualquier otro?… en el que casi casi “urge” que se vayan las “fieras” porque todo dejan tirado, porque se pelean todo el día, porque hay que limpiar a cada rato, porque todo el día tienen hambre, porque ya no se sabe qué hacer con ellos. ¡No! No dejes que esto pase… has que tus hijos, tus nietos, tus hermanos se sientan llenos de amor y extrañados en casa cuando parten al colegio, a la universidad, o al trabajo… Que su ausencia sea para ti un motivo de pensar en ellos, de rezar por ellos, de desearles lo mejor, de anhelar de nuevo su presencia.
Que se vayan de casa cada mañana con una sonrisa, bien desayunados, sin tanta prisa, con un beso y la bendición, que se vayan sabiendo que se les espera, que cada hora hay un pensamiento cariñoso hacia ellos.
Que lleven en la mochila ilusiones, deseos de ser mejor, de aprender, esperanza de un mundo mejor, que lleven alegría y amor para compartir con aquellos que quizás no saben lo que eso es. Cada día y noche tienes la oportunidad de rellenar la mochila de cada uno de tus hijos, no solo de libretas, libros, lápices y colores. Solo tú: papá, mamá, abuelo, hermano, hermana; puedes llenarla de una buena dosis de fe, esperanza, amor, sonrisas, optimismo, seguridad, confianza, admiración, orgullo, magnanimidad, sentido de vida.
Que todos los días sean hermosos, que despertar sea una alegría y un motivo de agradecer el estar vivos, el comenzar una nueva aventura, el tener la oportunidad de aprender y de esta manera ser mejores, de prepararse para desarrollar los talentos dados y ponerlos a trabajar en favor de los demás.
Si, yo sé que es cansado, que hay momentos de desajuste, que hay situaciones especiales, pero que sean las menos… Que la actitud de los grandes de la casa sea de admirar, sea un ejemplo para vivir. Estamos preparando hijos para la vida, van al colegio y a la universidad a informarse y a formarse pero es en casa, mejor dicho, en el hogar donde se ponen las pilas del alma para que una vez sabiéndose creado por Amor y para el Amor con un propósito, una misión única e irrepetible, la persona de 2, 3, 6, 10, 15, 20 y más dé lo mejor de sí cada día a pesar de las dificultades propias de cada jornada de estudio o trabajo.
La vida es corta, se pasa de volada, de pronto la casa estará vacía pero no solo por unas horas, sino por varios días, después por las noches también, y todo estará impecable, en silencio, tendrás querida mamá “tiempo de sobra” y extrañarás los días ajetreados, así que por ahora llénalos de amor para que cada día se lleven tus hijos la mochila llena de tí.
MTF Rosario Prieto
Psicología Clínica
Persona y Familia
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