La soledad en estos días, el silencio, la convivencia sin aparatos electrónicos parecen ser una de las amenazas cotidianas para chicos y grandes. Pareciera que ya a nadie le gusta, le parece aburrido, vacío, estresante, hasta bizarro… No tener en sus manos un aparato.
Grandes y chicos a toda hora están en contacto con su computadora personal, su Tablet, videojuegos, teléfono, etc… Estén solos o en presencia de más personas, resulta “normal” que haya una pantalla de por medio.
Y lo cierto es que no es normal ni natural, la persona es un ser sociable por naturaleza, necesita de los otros para su sano y adecuado desarrollo en todas las etapas de su vida. Las nuevas generaciones están siendo invadidas en lo más profundo y estamos permitiendo que nuestra naturaleza sea trastocada por la tecnología. La tecnología es maravillosa si se sabe utilizar en favor de la persona.
Los avances son increíbles en realidad, pero parece que nos está rebasando la realidad, no sabemos utilizar la tecnología. Como padres, como adultos caemos en excesos, en adicciones que nos dañan a nosotros y a nuestras familias, incluso a nuestras relaciones interpersonales, que casi ya no tienen nada de interpersonales porque no hay encuentros, es tristísimo ver que las personas se relacionan a distancia aunque estén sentadas una frente a la otra.
Es peligroso, es adictivo, muy dañino, es despersonalizante, es ofensivo… y si crees que exagero, tan solo mira a tu alrededor, los padres de familia damos Tablet a nuestros bebés, a nuestros niños en todas partes, en el coche, en el restaurante, en las salas de espera de doctor, en el carrito del súper, en el parque…. Para que no “Den lata”, para que estén “Calladitos”, para que “Estén bien portados”, para que “Se entretengan”, para que “No se aburran” y nosotros como padres podamos atender los mil y un asuntos que tenemos por el trabajo en nuestro chat… Así cada uno en una pantalla, muy entretenidos, pasan los días, las tardes, e incluso las noches, generando terribles trastornos de sueño, irritabilidad, bajo rendimiento, problemas visuales, ansiedad y mucho más.
Y ni siquiera hemos platicado de los terribles contenidos a los que uno se expone y los hijos, todos estamos expuestos a pornografía, cyberbulliyng, sexting, extorsiones, por mencionar algunos…
No es un juego, mientras más estricto seas papá, mamá, con el uso de la tecnología contigo mismo y con tus hijos mejor. Establece una edad adecuada para que los menores usen el teléfono, si se los vas a dar, que sea a partir de los 14 años y con horarios estrictos, filtros adecuados como Qustodio o CovenantEyes, que te permite “custodiar y acompañar” a tu hijo en su uso del teléfono, por supuesto el teléfono “duerme“ en tu buró no en el suyo. Te alegarán que la privacidad es importante, que le respetes; por supuesto que siempre le respetas y por ello, le estás enseñando a respetarse y le acompañas en la aventura del uso de la tecnología… Además, recuerda que son tus hijos y la privacidad no aplica en menores de edad en relación a sus padres en el uso del teléfono, ni ningún electrónico.
Deja que tus hijos se aburran y salgan a jugar, cocinen, ayuden en casa, dibujen, jueguen, no tengas miedo de poner límites… de ponerte límites, tu y tu familia sin duda serán más felices.
MTF Rosario Prieto
Psicología Clínica
Persona y Familia
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